viernes, 27 de febrero de 2015

Cuenca Salí -Dulce: la contaminación con metales pesados aumentará con otra Mega Minera

Fuente:http://www.laretaguardia.com.ar/2014/07/andalgalanotienepaz.html



Otro proyecto minero ronda Andalgalá, ¿qué es Bajo el Durazno?

Las luces de la minería encandilan
(Foto: andalgalhoy.com.ar)
(Por La Retaguardia) El gobierno de Catamarca y la empresa megaminera La Alumbrera pretenden instalar “Bajo El Durazno” en Andalgalá, en el límite con el departamento de Belén. Sergio Martínez, de la Asamblea El Algarrobo no solo deja en evidencia las mentiras del poder para llevar adelante este emprendimiento minero, sino que también da cuenta de la lucha que los habitantes de esta localidad catamarqueña mantienen en defensa de la vida.

Bajo El Durazno es un yacimiento de distintos minerales como oro, plata, cobre, que está a pocos kilómetros del lugar donde está ubicada Bajo La Alumbrera, que lleva ya casi 15 años destruyendo la zona.
“Este yacimiento está ubicado dentro de los límites del departamento de Andalgalá, pero como la empresa minera La Alumbrera quiere continuar luego de Alumbrera con Bajo el durazno, el gobierno provincial le quiere conceder la explotación a esta empresa como si fuera un territorio del departamento Belén porque Andalgalá no permite la explotación minera a cielo abierto y ha retirado la licencia social que necesitan las empresas. En ese contexto nos encontramos las asambleas de Andalgalá y estamos peleando para que no se realice este nuevo emprendimiento”, explicó en diálogo con el programa radial La Retaguardia, Sergio Martínez, integrante de la Asamblea El Algarrobo de Andalgalá.
A la hora de hacer negocios y alcanzar acuerdos, los gobiernos provinciales, en este caso el de Catamarca a cargo de Lucía Corpacci del Frente para la Victoria, y las empresas mineras no respetan leyes ni normativas vigentes o incluso, si lo necesitan, pueden llegar a inventarlas.
Al respecto, Martínez denunció: “en el año 1895, quien era gobernador en ese momento, el señor Julio Herrera, firmó un decreto que fijaba los límites departamentales de la provincia de Catamarca, a partir de ahí se han sancionado varias constituciones de la provincia, pero el órgano que tiene competencia para fijar los límites, que es la Legislatura de la provincia, no lo ha hecho. Desde la Asamblea hemos hecho una reconstrucción histórica de los límites departamentales de Andalgalá y esto nos da que Bajo El Durazno está dentro del territorio de Andalgalá, por lo cual no pueden empezar ningún tipo de actividad megaminera allí. En este sentido, nosotros contamos con documentación que está en el Instituto Nacional de Geografía de Buenos Aires, hemos reconstruido parte de la historia también con documentación que está en la Biblioteca Nacional, con los mapas que se utilizaban en los censos como el de 1980, el de catastro de 2005, y todo esto indica cómo el gobierno y las empresas pretenden modificar los límites del departamento de Andalgalá, achicándolo, para concederle el territorio del yacimiento a la zona de Belén, porque la ciudad de Andalgalá es donde más fuertemente está manifestada la falta de licencia social para estas empresas”.
Por si no quedan claros los alcances de esto, Martínez especificó: “juegan no solo con la corrupción, sino que también pretenden correr los límites para concederles estas prerrogativas a las multinacionales mineras. Es tremendo lo que están haciendo. Pretenden darle legitimidad y continuidad a la minera La Alumbrera a través de estas triquiñuelas del estado provincial, sin embargo encuentran a un pueblo unido en contra de esta actividad. Por eso nosotros estamos permanentemente informándonos y hay comisiones de legales, que se han constituido dentro de las asambleas para demostrarle no solo al gobierno sino también al mundo entero cómo se manejan estas empresas y cómo nos manejamos nosotros desde la horizontalidad y con el amor a nuestra tierra, defendiendo lo nuestro”.
Los habitantes de Andalgalá no solo deben hacer frente a las autoridades provinciales y las empresas, sino también a los medios de comunicación tradicionales que responden a los mismos intereses que gobiernos y mineras.
En los últimos días, los diarios locales daban cuenta del paso por las rutas catamarqueñas de maquinarias dirigidas a Bajo El Durazno, haciendo hincapié en que habían podido circular tranquilamente sin la presencia de cortes o bloqueos de parte de asambleístas, planteando de esta manera que ya no existiría tal oposición de la población a estos emprendimientos mineros.
En diálogo con La Retaguardia, Sergio Martínez -quien tuvo un corto paso como secretario de minería local- respondió de manera contundente: “hay que hacer una lectura bastante compleja. No nos olvidemos de que las asambleas han sido fuertemente reprimidas, tanto en Cerro Negro, como en Belén, Tinogasta, en la propia ciudad de Andalgalá, y han instalado el miedo y casi un estado militar en la provincia de Catamarca, entonces desde ese punto de vista la gente está muy cansada del tema de la judicialización de la protesta y el peligro de perder la vida en este tipo de manifestaciones. Pero la otra lectura que se hace es que el paso de máquinas es permanente, desde hace 14 años, por Bajo La Alumbrera, y la gente se sigue manifestando en contra de esa actividad megaminera, tanto en Tinogasta, como Andagalá, Santa María, en todos lugares, lo que pasa es que son luchas invisibilizadas. Nosotros llevamos 243 caminatas en contra de esta megaactividad minera y sin embargo jamás salió en los medios, pero nosotros seguimos peleando y luchando. Es decir, las máquinas que pasan pueden ser para Bajo La Alumbrera, porque permanentemente están renovando las máquinas por el uso, pero lo que sí está muy claro es que la etapa de explotación de Bajo El Durazno no está autorizado, así que es una manera que tienen ellos de confundir a la opinión pública, a través de los medios de información masiva”.
No parece ser fácil vivir en Andalgalá con la presencia constante del peligro que implican los proyectos y emprendimiento megamineros, e incluso la represión. En ese sentido, Martínez señaló: “hay personas que han pensado en irse, pero son mayormente quienes no tienen un compromiso férreo asambleario, como sí tenemos nosotros que seguimos defendiendo la vida y el territorio desde hace mucho tiempo. En el caso nuestro, estamos luchando defendiendo nuestro territorio y no nos queremos ir porque acá están nuestra historia, nuestras raíces, acá nacimos, vivimos, nos enamoramos por primera vez, tenemos nuestros ancestros, y no nos vamos a ir, vamos a defender esta tierra”.
El gobierno de Catamarca y las empresas mineras podrán pensar y planificar un montón de proyectos megamineros, pero siempre encontrarán la resistencia y la lucha de las asambleas de vecinos que defienden su lugar de pertenencia y el modo de vida que eligieron.

miércoles, 25 de febrero de 2015

Libro: Tierra Arrasada. Petróleo, soja, pasteras y megaminería.

Fuentes:
http://territorios.com.ar/
http://www.darioaranda.com.ar/2015/02/libro-tierra-arrasada-petroleo-soja-pasteras-y-megamineria/
¿Qué país nos deja el extractivismo ambiental?
01 - TierraArrasada - Tapa final - en baja 300¿Por qué ningún juez, empresario o político aceptó nunca el vaso de agua que le ofrecen los habitantes de los pueblos mineros cada vez que los visitan? ¿A qué se debe la aparición de enfermedades inéditas y desconocidas en el medio de la pampa húmeda? ¿Dónde viven las miles de personas desplazadas del campo y que las ciudades no cobijan? ¿Quién está detrás de los feroces ataques a los indígenas argentinos? ¿Qué secretos escondieron las pasteras en Gualeguaychú? ¿Por qué el negocio de Vaca Muerta puede dejar una parte de la Patagonia inhabitable? ¿Cuánto queda realmente en el país de esta ganancia extraordinaria? ¿Por qué nunca se escucha a los que proponen otro camino? ¿Quiénes son los verdaderos dueños de la tierra y qué planes tienen para sus habitantes?
Pueblos envenenados, matones a la luz del día, muertes sospechosas, bebés con malformaciones, tasas de cáncer inéditas, abortos espontáneos, ríos sin peces, bosques sin árboles y enfermedades sin cura: durante los últimos quince años, la Argentina ha sido sometida a la transformación más radical y quizás irreversible de su historia. Detrás del negocio multimillonario de la soja, la megaminería, las pasteras y los combustibles no convencionales, no sólo hay consecuencias inmediatas para todos los habitantes del país, sino también la amenaza de convertir a la Argentina en un territorio agotado, enfermo y hambriento.
En Tierra arrasada Darío Aranda viaja hasta diversos rincones del país donde este modelo político, económico y social busca imponerse con violencia por sobre todo derecho humano. El resultado es una radiografía escalofriante que nos permite terminar de entender en qué país vivimos y elegir en cuál queremos vivir.
* Editorial Sudamericana.

lunes, 23 de febrero de 2015

Él Estado Nacional debe reactivar el funcionamiento de la Comisión Nacional de Investigaciones sobre Agroquímicos

Fuente:http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Argentina_Se_conmina_al_Estado_Nacional_a_que_reactive_el_funcionamiento_de_la_Comision_Nacional_de_Investigaciones_sobre_Agroquimicos

Considerando que el decreto 21/09 aún está vigente, se conminó al Ministerio de Salud de la Nación a que reactive el funcionamiento de la CNIA, y que se invite a las principales organizaciones, sectores sociales, académicos, gremiales y científicos vinculados a la temática de los agrotóxicos a que la conformen. La CNIA se constituyó por el Poder Ejecutivo Nacional para la investigación, prevención, asistencia y tratamiento en casos de intoxicación o que afecten, de algún modo, la salud de la población y el ambiente, con productos agroquímicos en todo el Territorio Nacional.
Febrero de 2015
Por Naturaleza de Derechos
Que conforme un relevamiento efectuado sobre el funcionamiento de la Comisión Nacional de Investigaciones de Agroquímicos (CNIA) creada por el Decreto del PEN 21/09, la misma ha quedado desarticulada desde el año 2009. La CNIA, se constituyó por el Poder Ejecutivo Nacional para la investigación, prevención, asistencia y tratamiento en casos de intoxicación o que afecten, de algún modo, la salud de la población y el ambiente, con productos agroquímicos en todo el Territorio Nacional. La misma funciona en la órbita y con sede en el MINISTERIO DE SALUD.
Que dicha Comisión, apenas conformada, estableció las principales líneas de trabajo a abordar sobre la temática de los agroquímicos y su incidencia en la salud. Si bien, la CNIA avanzó fuertemente en su comienzo, con el objetivo de cumplir con las tareas propuestas, las mismas quedaron neutralizadas por una decisión política del propio Ministerio de Salud de la Nación, en el mes de Setiembre de 2009, de no avanzar en los cometidos establecidos en el decreto fundacional y en las distintas acta de trabajo confeccionadas por los seis grupos de trabajo creados en el marco de la Comisión, como así también direccionar deliberadamente el informe científico sobre el glifosato hacia conclusiones ambiguas, sin rigor científico y nada concluyentes.
Debe tenerse presente que conforme al Art. 3 del Decreto PEN 21/09 se establecieron los objetivos de la CNIA:
1- Investigar los hechos denunciados y situaciones similares, sus causas y efectos.
2- Efectuar recomendaciones, proponer acciones, planes, programas, etc.
3- Delinear pautas para contribuir al uso racional de químicos y agroquímicos.
4- Proponer herramientas de información adecuadas para su utilización en los medios de comunicación.
5- Identificar los problemas generales en la atención sanitaria de la población afectada.
6- Desarrollar estrategias de atención para promover el uso racional de los productos o bien su eliminación.
7- Reunir información estadística e indicadores de impacto.
8- Propiciar la normativa pertinente y proponer las acciones directas a implementar.
9- Proponer campañas de concientización y educación sobre el uso, manipulación de químicos y agroquímicos.
10- Implementar, ejecutar y/o coordinar acciones, planes, proyectos y programas.
11- Realizar todas aquellas acciones que le encomiende la Presidencia de la Comisión.
Considerando que el decreto 21/09 aún está vigente, se conminó al Ministerio de Salud de la Nación a que reactive el funcionamiento de la CNIA, y que se invite a las principales organizaciones, sectores sociales, académicos, gremiales y científicos vinculados a la temática de los agrotóxicos a que la conformen; y continuar con los trabajos delineados oportunamente y, principalmente elaborar informes sobres los distintos agrotóxicos que se utilizan en la agrobiotecnología como así también elaborar un nuevo dictamen sobre el glifosato, motivado en las nuevas evidencias científicas que revelan efectos adversos en el ambiente y en la salud humana como en la precariedad y escaso rigor científico que adolece el primer informe realizado sobre aquél.
Sin perjuicio de ello, y a fin de dejar evidenciada la desidia del Estado Nacional se le requirió a la cartera de Salud a que ponga en conocimiento de la población todos los trabajos realizados por la Comisión desde Setiembre de 2009 hasta la fecha para ser refrendados con los objetivos del Decreto fundacional y las metas propuestas en los distintos grupos de trabajo creados oportunamente, a tal fin.-
Para acceder a la presentación (PDF) haga clic en el enlace a continuación y descargue el archivo:

martes, 10 de febrero de 2015

"Podemos tener una zona sin agroquímicos y podemos producir para ganar lo mismo, o incluso más"

Informe completo (En "La Verdad Funense", Santa Fé): 

http://www.laverdadfunenseweb.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=314%3Apodemos-tener-una-zona-sin-agroquimicos-y-podemos-producir-para-ganar-lo-mismo-o-incluso-mas


Danilo Sorti, el ingeniero agrónomo encargado de asesorar desde el Municipio el proceso de reconversión productiva de los campos que lindan con la zona urbana, le confirmó a La Verdad Funense que cuatro productores iniciarán en marzo el cambio de sistema, de convencional a orgánico. El histórico cambio se produce luego de que el Concejo municipal prohibiera las fumigaciones en los primeros 500 metros de las extensiones periurbanas
El ingeniero agrónomo Danilo Sorti llegó a Funes de la mano de Jorge Hein y su esposa Gabriela, quienes son asesorados por él en su proyecto de producción de dulces orgánicos en un campo que linda con la zona norte de la ciudad. Su experiencia fue aprovechada por el Municipio para ofrecer una alternativa a los productores que se vieron obligados a dejar de fumigar con agroquímicos en los primeros 500 metros de cada campo lindante con la zona urbana. Sorti les explicó que esas extensiones no tenían por qué transformarse en zona muerta y podían volcarse al sistema de producción orgánica que, según él, después de un período de transición, ofrece la posibilidad de realizar negocios tan buenos o mejores que los que propone el método convencional: "La buena noticia es que podemos tener una zona sin agroquímicos y podemos producir para ganar lo mismo, o incluso más".
—¿Cómo llegó a asesorar a los productores en este proceso de reconversión productiva?
—El primer contacto viene a partir de Jorge Hein y su esposa Graciela, que fueron convocados unos meses atrás cuando se pretendía armar algo para favorecer la producción orgánica, y yo participé de algunas reuniones. Allí hablé con la gente de la Municipalidad, le gustó mi perfil y mi visión de las cosas, y a partir de ahí decidieron tomarme para trabajar con los productores. Con Jorge y Graciela nos conocemos desde el 2005. He venido trabajando con ellos, además de capacitarme por mi cuenta, porque hay que tener en cuenta que la producción orgánica no la vas a estudiar en un master en la facultad, o en un doctorado, y casi no va la vas a estudiar en la currícula normal. Esto ha sido mucho desarrollo autodidacta.
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—¿Por qué no quiso trabajar más en lo convencional?
—Porque entendía que hay otra forma de producir. Que se puede producir bien. Que la producción convencional genera un drama muy importante, oculto hasta ahora. Y cuando digo que no se ve quiero decir que no se paga. Si vos tuvieras que pagar la harina, las galletitas, la soja, con el plus del daño ambiental que está causando, o el costo de descontaminar o recuperar, que no está exactamente medido, ¿cuánto tendrías que pagar?
Todo este sueño de comida barata, que nos viene de la posguerra, se va al tacho. Entendí eso. Yo creo en Dios y entendí que no era la forma, porque Dios diseñó las cosas para que funcionen. Y esa fue mi convicción.
—Y de repente llegaste a Funes, donde te esperaban productores indignados frente a una ordenanza que les impedía utilizar el método tradicional de pulverizaciones con agroquímicos en los 500 metros de su campo que fueran lindantes con la zona urbana. ¿Cómo fue esa experiencia de intentar mediar en ese conflicto?
—Esto es una guerra tonta. Y los ingenieros agrónomos tendríamos que asumir parte de la culpa. Y cuando digo ingeniero agrónomo no me refiero solamente al que está "pateando" el campo, sino a todo el sistema (ingenieros agrónomos, facultad de agronomía, INTA).
Tengamos en cuenta que la producción orgánica certificada por ley existe en la Argentina desde el año 1992-93, y en el mundo se conoce desde tiempo antes. Si nosotros hace diez años hubiéramos dicho "esto nos va a llevar a un conflicto, empecemos con esto de una manera progresiva", hoy las cosas serían muy distintas.
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¿Exportan a Europa?
—No. Ahora no, porque si bien todo lo que se certifica como orgánico en la Argentina entra sin problemas en Europa, les resulta mucho más barato comprarle a los países de Europa del Este, que comenzaron a producir orgánico. Para nosotros, desde hace unos años pasó a ser más importante el mercado americano.
Resulta interesante que en un mundo en crisis el mercado orgánico sigue creciendo. Porque las dos principales motivaciones que se ven en todas las encuestas para el consumo de orgánicos son la salud y la preocupación por el medio ambiente. Yo pregunto: de acá a veinte o treinta años, ¿la gente va a dejar de preocuparse por su salud? ¿va a dejar de preocuparse por el medio ambiente? Todo lo contrario. Después tendremos que charlar el tema precio. Hoy tenemos sobreprecios muy interesantes, pero no sé si se van a mantener.
—¿Cuáles son los sobreprecios con respecto al producto convencional?
—Una soja orgánica, puede llegar –no digo que siempre lo sea- a valer el doble. Hablando siempre de exportación de commodities orgánicos.
—Y tienen menos retenciones.
—La soja orgánica tiene un 9 por ciento de retención y el resto de los cereales un 5 por ciento.
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 Pero soy perfectamente consciente de que nadie que esté viviendo de la producción agropecuaria puede hacer este cambio de un día para otro. Yo creo que es algo que se puede hacer bien, en tiempos razonables y paulatinamente.
—¿Qué le diría a un productor que todavía no está afectado por la normativa?
—Si yo tuviera que decirle algo a un productor que no esté afectado por la normativa, pero que lo pueda estar en el futuro, o que simplemente no esté contento con la forma de producir y el daño que se está produciendo a los recursos productivos o ambientales, lo que yo le diría es que empiece con una superficie que no signifique para él un grave perjuicio económico y que aprenda con todo eso. Que busque la gente que sabe, porque hoy hay más recursos que en otros tiempos. Que no espere que el día de mañana haya una nueva ley que afecte el sistema de producción convencional. Que empiece ahora.


viernes, 6 de febrero de 2015

Gravísimo: La Municipalidad de La Banda destruye una iniciativa permacultural

Permacultura Santiago del Estero 

(https://www.facebook.com/santiagopermacultura)

Indignados

Actualizado hace 3 horas
Uno de los principales pilares en la permacultura es un buen diseño, y todo buen diseño debe contemplar a la comunidad. Contemplar de qué manera se logra una repartición justa de los recursos, cuidando la tierra y la gente. Normalmente cuando uno llega a la comuna con proyectos como este, tiende a pensar que, esta comuna, golpeada y cansadas de promesas va a estar ansiosa por formar parte de un proyecto en conjunto. Lamentablemente en la última semana esa comuna a la que nosotros queríamos tratar de beneficiar, a través de proyectos productivos, y que ya se veían beneficiadas por, entre otras cosas la erradicación de un basural (que ellos mismos crearon), hoy se complotan cortando los alambres y entrando al terreno a provocar y amenazar con usurpar en donde hace años venimos trabajando. Realmente no tengo muchas palabras para referirme a este tipo de personas, pero es un golpe muy grande a la esperanza estas actitudes. Les voy a compartir algunas de las fotos del trabajo que venimos realizando en el lugar y también las fotos de las personas que hace 2 meses enviaban a sus hijos a que coman en mi casa, los mismos padres a los que se les organizo un chocolate para el día del niño cuando ningún político se acerco al barrio o a los que se les dio trabajo y se les regalo verdura de la huerta. Sepan disculpar mi enojo pero creo que uno no puede vivir preso de sus vecinos en su propio barrio durmiendo en una silla afuera por miedo a que rompan la pared y se apoderen de lo que uno ha conseguido con tanto sacrificio. Todas las fotos forman parte de otros albunes que estan subidos en la pagina, por si les interesa ver. De igual forma, si llegaron hasta aquí leyendo los invito durante estos días, si quieren llegarse por el lugar a hacernos el aguante. !

miércoles, 4 de febrero de 2015

Ríos, lagunas y hasta lluvias con extrema contaminación

Universidad Nacional de La Plata - Facultad de Ciencias Exactas  -2012-

Estudio de efectos biológicos de plaguicidas utilizados en cultivos de soja RR y evaluación de impactos adversos en ambientes acuáticos de agroecosistemas de la región pampeana.

Tesis presentada para optar por el título de Doctor de la Facultad de Ciencias Exactas Lic. Pablo Martín Demetrio Director: Dra. Alicia E. Ronco Co- director: Dr. Carlos A. Bonetto 

http://sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/18139/Documento_completo.pdf?sequence=1


"...Las mezclas de las formulaciones, en muchos casos, mostraron efectos mayores de los que corresponden a un comportamiento aditivo; evidenciando efectos letales a concentraciones donde cada formulación por separado no los presenta. Con un alto número de combinaciones de mezclas binarias (150) y ternarias (44) evaluadas para dos bioensayos estandarizados se observó sinergismo en más del 67% de los casos. En todos los tipos de mezclas binarias, con los tres F utilizados, se observó sinergismo en más de una combinación de concentraciones. Solo el caso de la mezcla binaria de clorpirifos F: glifosato F resultó antagónica en una combinación para D. magna. Considerando que el efecto sinérgico es el más observado en la evaluación de efectos de las mezclas de las formulaciones, y que las aplicaciones de plaguicidas en los cultivos de soja RR frecuentemente son de este tipo, se estarían subestimando los efectos en escenarios reales al evaluar cada formulación por separado. El presente estudio demuestra la presencia de plaguicidas asociados al cultivo de soja RR en los cuerpos de agua vinculados a un agroecosistema; el monitoreo de un arroyo de la región establece una asociación entre eventos de aplicación y/o escorrentías posteriores, con la detección de los plaguicidas en la columna de agua y los sedimentos. Los eventos de escorrentía transportan a los plaguicidas del cultivo y suelo hacia los sistemas acuáticos aledaños..."

lunes, 2 de febrero de 2015

Glifosato: la desinformación planificada

Fuente: http://www.ecoportal.net/Eco-Noticias/Por_que_Clarin_y_La_Nacion_apoyan_el_uso_de_glifosato_en_la_Argentina

 
06/03/2011

Por qué Clarín y La Nación apoyan el uso de glifosato en la Argentina


El diario de Noble y Magnetto oculta los casos de cáncer y malformaciones y llegó a manipular informes científicos contra el uso del químico. La campaña del diario de Bartolomé Mitre para promoverlo y el verdadero rol de Expoagro.
Los informes de médicos y científicos independientes que sostienen que elglifosato está causando un verdadero desastre a nivel sanitario y ambiental se suman año tras año: el más conocido es el del doctor Andrés Carrasco, quien demostró que ese herbicida, utilizado en dosis mucho menores a las del campo, produce diversas malformaciones. Pero también existen otros, como los del médico Alejandro Oliva, que advierten sobre el crecimiento de casos de cáncer, posiblemente relacionados al uso intensivo de agroquímicos; y los del doctor Jorge Kaczewer, que también hablan de enfermedades neurológicas y problemas reproductivos. Pese a eso, el uso de glifosato en nuestro país crece forma vertiginosa: mientras que en 1991 se utilizaron sólo 1 millón de litros, durante 2009 fueron casi 200 millones, lo que representa el 8,5% de lo usado a nivel mundial. Y va en aumento.
Consultados por Tiempo Argentino, una amplia gama de ONG, especialistas, personas perjudicadas por las fumigaciones y una porción del arco político nacional denunciaron que la razón más evidente para explicar este fenómeno es el sensacional conglomerado de intereses que se encuadran tras el llamado “modelo sojero”, donde el glifosato es una sustancia clave y en el que aparecen en escena grandes multinacionales, medios de comunicación afines a estas empresas, políticos de diferentes extractos y altos funcionarios públicos, muchos de ellos relacionados entre sí (ver “Quiénes lo defienden” en http://tiempo.elargentino.com/notas/quienes-defienden). Tal vez por esa misma razón, y a pesar de estos contundentes datos, en el país no existe una legislación uniforme que regule el uso de agroquímicos. Tampoco hay mínimos controles por parte del Estado, ni estudios epidemiológicos serios.
Se trata de un modelo que mueve miles de millones de dólares por año, pero que también está dejando cientos de pueblos contaminados. Un pequeño pero delicado ejemplo es el de La Leonesa, en la provincia del Chaco, donde uno de los pocos estudios oficiales que se realizaron en el país certificó que, durante la última década, los casos de cáncer en niños se triplicaron y las malformaciones en recién nacidos aumentaron un 400%. Pese a que el informe fue realizado por profesionales de organismos estatales, el gobierno de Chaco rechazó estos resultados, producto de los fuertes intereses que existen en la provincia vinculados al negocio de la soja y el glifosato.
La soja transgénica ingresó a la Argentina en el año 1996, de la mano del por entonces secretario de Agricultura de Carlos Saúl Menem, Felipe Solá. Nuestro país fue el segundo, después de los Estados Unidos, en autorizar su llegada, plagada de irregularidades. Según relata Horacio Verbitsky en un artículo de Página/12, se violaron procedimientos administrativos, se dejaron sin respuesta los cuestionamientos de instancias técnicas y no se realizaron los análisis especificados por distintos organismos. En el proceso de autorización también se vio la mano de Monsanto: el expediente administrativo estaba escrito en inglés y nunca fue traducido al castellano. Además, de los 136 folios que tenía, 108 pertenecían a informes presentados por la multinacional estadounidense. A Solá no pareció importarle mucho: firmó el documento, a las apuradas, el 25 de marzo de 1996. “Si existe un país en el que la multinacional haya podido hacer todo lo que le viniera en gana sin el menor obstáculo, ese es Argentina”, relata la francesa Marie-Monique Robin, en el capítulo dedicado a nuestro país, de su famoso libro El mundo según Monsanto.
Monsanto es la firma por excelencia en el mercado de los organismos genéticamente modificados. No sólo produce las semillas de soja transgénica, sino que además vende el glifosato (bajo el nombre comercial de Round-Up Ready), imprescindible para fumigar este cultivo. Durante el año 2006, reportó más de 7000 millones de dólares de ganancia.
Su entrada al país no sólo estuvo auspiciada por políticos, sino también pormedios de comunicación: junto a Solá, otro de los impulsores de la soja transgénica y el glifosato fue el ingeniero Héctor Huergo, pariente lejano de Ernestina Herrera de Noble y actual director del suplemento y el canal Rural de Clarín. Huergo dirigió el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) entre febrero y noviembre de 1994, designado por el propio secretario de Agricultura. Por esos tiempos, su esposa, Silvia Mercado, era agente de prensa de Solá.
“Huergo arruinó el INTA. Sin ningún tipo de escrúpulos, transfirió el capital genético estratégico para el país a distintas multinacionales del agronegocio, como Monsanto y Nidera. También les permitió el acceso a los archivos secretos del organismo. Quienes estaban en desacuerdo, eran despedidos inmediatamente. Hoy, Huergo es el máximo defensor de la soja transgénica y el glifosato”, aseguró a Tiempo Argentino el ingeniero agrónomo e historiador, Alberto Lapolla, quien conoce bien al director de Clarín Rural: ambos fueron compañeros en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires.
Los nexos entre el grupo comunicacional más poderoso del país y las corporaciones vinculadas al comercio de agroquímicos y transgénicos son explícitos y fáciles de identificar. Cada edición del suplemento Rural está plagada de publicidades de Monsanto, Syngenta, Nidera, Basf, Bayer, Don Mario, entre otras, que ponen buena parte de sus ingresos en las páginas del diario de la viuda de Noble (ver reproducciones)
Una nota de junio de 2008 es un pequeño ejemplo (de los cientos que pueden encontrarse) que muestra la fraternal relación existente entre ClarínRural y la multinacional Monsanto. Titulado “Ambiente, semillas y calidad de vida”, el artículo anuncia el lanzamiento de un “compromiso” de la multinacional estadounidense “orientado a contribuir a aumentar la producción mundial de alimentos en vistas de su creciente demanda (…) poniendo constantemente foco en el cuidado del medioambiente”.
Tal vez por eso, así como los elogios a las grandes corporaciones del agro se repiten en todas las ediciones del suplemento dirigido por Huergo, las denuncias vinculadas a los efectos de los agroquímicos sobre la salud humana (realizadas por médicos, científicos y organizaciones ambientalistas del interior del país) no tienen lugar en Clarín.
Esto es fácilmente constatable haciendo una búsqueda en el archivo web del diario. Ni siquiera aparecen los casos más conocidos, como el mencionado aumento de enfermedades en el Chaco; o las denuncias de vecinos de distintas localidades de Santa Fe, producto de intoxicaciones y enfermedades vinculadas al uso intensivo de agroquímicos. Tampoco las del Movimiento Nacional Campesino Indígena, que define esta situación como un “desastre sanitario”; ni del ambientalista Jorge Rulli, que atribuye al “modelo sojero” un “genocidio encubierto”. Apenas se menciona en una nota el brote de cáncer en el Barrio Ituzaingó Anexo de Córdoba, pero no se lo relaciona con el uso intensivo de glifosato, sino con otras sustancias químicas. Los artículos relacionados al herbicida reflejan la posición del multimedios frente a este grave problema. Por ejemplo, el sábado 12 de septiembre de 2009, una nota titulada “Un espaldarazo para el glifosato”, afirma que un informe realizado por expertos del CONICET concluyó en que “usado responsablemente, el producto no implica riesgos para la salud humana”. Si bien esto es cierto, es sólo una de las conclusiones: Clarín omite mencionar deliberadamente que los científicos del CONICET también advirtieron que “en la Argentina no existen suficientes datos sobre los efectos del glifosato en la salud humana, por lo cual sería importante promover la realización de los estudios pertinentes”, según puede leerse textual en el documento.
El doctor Andrés Carrasco, uno de los investigadores más importantes del país, que trabaja desde hace casi 30 años en desarrollo embrionario y presidió el CONICET, fue víctima de la difamación de estos medios de comunicación por denunciar los terribles efectos de los agroquímicos sobre la salud humana, según contó a Tiempo.
En el año 2009, Carrasco realizó una investigación en la que comprobó que el glifosato produce malformaciones neuronales, intestinales y cardíacas, aun en dosis muy inferiores a las utilizadas en los campos argentinos. “El glifosato es un veneno, aunque algunos quieran sacarle ese mote y decir que es un químico. Es un veneno porque mata hierbas”, explicó el científico, quien además narró que, poco después de presentar su trabajo, dos abogados de la CASAFE (Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes, que agrupa a proveedores de agroquímicos) irrumpieron en su laboratorio y amenazaron a sus colaboradores. También fue víctima de presiones políticas e, incluso, se puso en duda la existencia de su investigación.
El diario La Nación, ligado históricamente a la Sociedad Rural Argentina y los sectores más conservadores del país, fue uno de los medios que encabezó la campaña de desprestigio mediático contra la investigación de Carrasco. Por ejemplo, en una nota del 24 de abril de 2009, titulada “No aparece un estudio crítico sobre el glifosato”, se refiere al trabajo del investigador como “un estudio de supuesta validez científica”. Un día después, el artículo “Ante el riesgo de volver al pasado”, advierte sobre la “preocupación en el agro por la posibilidad de que se prohíba o suspenda el uso de glifosato, uno de los pilares sobre los que se apoya la producción nacional”, algo que traería “consecuencias muy graves”. El temor del diario fundado por Bartolomé Mitre estaba justificado: por esos días, la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas había presentado un amparo ambiental ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, sustentado en la investigación de Carrasco, para suspender las fumigaciones de glifosato hasta que se tengan precisiones sobre la verdadera toxicidad del herbicida.
En ese mismo artículo, La Nación consulta diversas fuentes sobre la posible prohibición. Y todas arriban a una conclusión: que las denuncias “no tienen sustento”. Claro, los organismos consultados son los que mayores réditos económicos tienen gracias a la soja y el glifosato: la mencionada CASAFE, Aapresid (Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa, que reagrupa a 1500 grandes productores) y Acsoja (Asociación de la Cadena de la Soja en Argentina, que reúne a 29 organizaciones empresariales y otras instituciones con incidencia en la cadena de la soja). El presidente de esta última institución, Rodolfo Rossi, afirma en la nota que suspender el uso de glifosato sería “como si se prohibiera la aspirina”.
Finalmente, y a pesar de la descalificación mediática que sufrió, la investigación de Carrasco fue revisada y publicada en agosto de 2010 por la prestigiosa revista internacional Chemical Research in Toxicology, lo que finalmente le otorgó –según sostienen en el ámbito académico– aval científico.
La acérrima defensa de la soja y el glifosato que Clarín y La Nación hacen tiene una simple pero millonaria explicación: ambas empresas están asociadas en la organización de la feria anual Expoagro, donde se realizan cada año jugosos negocios vinculados a los productos transgénicos y a diferentes agroquímicos. En 2007, por ejemplo, la exposición arrojó ventas por un total de 140 millones de dólares. Por estos días se está desarrollando su edición 2011, a la que asistieron Eduardo Duhalde, Gerónimo Venegas, Francisco de Narváez y José Antonio Aranda, vicepresidente del Grupo Clarín, denunciado por este diario a raíz de un polémico emprendimiento arrocero en la provincia de Corrientes.
Pero las responsabilidades y complicidades no recaen sólo sobre los medios de comunicación y las multinacionales, sino también sobre el Estado. Pese a que en nuestro país el uso de este agroquímico aumentó 200 veces en los últimos 18 años, su utilización todavía no cuenta con una legislación nacional uniforme que regule su aplicación, rigurosos controles estatales, ni estudios epidemiológicos serios.
Los especialistas aseguran que esta situación tendría su raíz en que el Estado recauda una importante cantidad de dinero a través de las retenciones que fija a los productores sojeros. Y coinciden en que los controles son precarios porque la ley también lo es. Consultada por este diario, Graciela Gómez, abogada y ambientalista santafesina, explicó: “La legislación, además de desarticulada, no es seria. Cada provincia legisla a su modo y lo mismo sucede en cada municipio. Así se da una fragmentación de responsabilidades y una inexistente coordinación entre todos los organismos, que no ayuda a ejercer un control adecuado. Esto hace más débil y confusa la eficacia de las normas.” Y agregó: “Es necesario sancionar con urgencia una norma sobre control y uso de agroquímicos a nivel nacional.”
Pero los pocos proyectos que se presentaron en el Congreso nunca se llegaron a tratar en recinto. La iniciativa de la diputada nacional Julia Perié, del Frente para la Victoria, que solicita “la prohibición total de la comercialización, uso, y aplicación del glifosato por su aguda toxicidad”, duerme en el Parlamento desde agosto de 2009: fue aprobado en comisión, pero jamás tratado en el recinto.
También Cecilia Merchán, diputada del interbloque Proyecto Sur, presentó un proyecto de ley en agosto de 2010 para prohibir la fumigación aérea con plaguicidas en todo el país, pero corrió la misma suerte que su colega.
“Esto no se soluciona porque hay muy fuertes intereses por parte de las multinacionales. Debería haber una posición más firme del Estado. Sobre todo cuando quienes más se enriquecen con este modelo son los grandes pooles de siembra –agazapados en la Sociedad Rural– y las multinacionales como Monsanto”, consideró Merchán. www.ecoportal.net
Diario Tiempo Argentino